Ricky Corazón, organizador de las fiestas latinas Gelatina y Viciosa
- hogarbrussels
- 15 may
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Para la Semana del Orgullo, Hogar publica una entrevista exclusiva con Ricky Corazón, el DJ chileno que está detrás de las noches queer más calientes de Bruselas: Gelatina y Viciosa. Tras agotar las entradas para el Club Gelatina del pasado viernes en la Brasserie ILLeGaaL, Ricky Corazón estará en la azotea del restaurante mexicano Tope el próximo 17 de mayo.
Nos reunimos con Rodrigo, aka Ricky Corazón, en el bar Recyclart, donde todo (re)empezó para él. Hace poco más de un año, lanzó allí la fiesta Club Gelatina. "Después de unas cuantas noches en el bar The Agenda, tenía que encontrar un local. Hablé del concepto con el Recyclart y no tenían nada de ese estilo en su programación. Fue una sorpresa increíble agotar las entradas la primera noche".
A partir de ahi, el DJ desarrolló dos conceptos de fiesta, Gelatina y Viciosa. "Gelatina es una fiesta queer latinx, con muchos estilos musicales diferentes: neo-perreo, reggaeton, latin club y cumbia. Para un estilo más electro duro, está Viciosa, que co-organizo con Vera Moro y NMSS, que va del latin club al latin core”. Unas fiestas muy esperadas por los clubbers de Bruselas ya que siempre están sold-out.
Sin embargo, Ricky Corazón no es un novato. De hecho, todo empezó hace 16 años. "Empezamos con un amigo y nuestro único objetivo era compartir la música latina. Así empezó todo, no pensábamos que iba a llegar a ser tan grande". El proyecto se apagó al cabo de unos años, pero el DJ se da cuenta de que ningún sucesor ha recogido el bastón, que el espacio queer latino permanece vacío. «¡Qué fome!», me dice en su mejor chileno. Así que decidió volver a tomar el timón de La Gelatina, esta vez en solitario.
Mantuvo su nombre artístico desde el principio. "Ricky Corazón era el nombre de nuestro dúo, pero lo he retomado yo. ¿Por qué este nombre? Es una mezcla de nombre kitsch, ligeramente sexy, una referencia a Ricky Martin, y corazón, la palabra más utilizada en la música latina".
En 16 años, la escena nocturna de Bruselas ha cambiado, y la música en español se ha convertido en una referencia mundial. «Empezamos a tocar cuando hubo el shift de la cumbia hacia la neocumbia o la cumbia electrónica». Pero el público belga sabía poco de estos géneros. "Cuando empecé, de vez en cuando tocaba versiones en cumbia de canciones conocidas de Daft Punk o Madonna para no perder al público. Pero ahora ya no hace falta, el público está acostumbrado a esos ritmos. De hecho, el reboot de Gelatina tuvo lugar en pleno boom de la música latina, con Bad Bunny agotando estadios en el norte de Europa. Fue un éxito instantáneo entre el público. Para el DJ, fue un renacimiento. «Me siento como Cher en plena era Believe», ríe Rodrigo.
Cuando uno le escucha hablar, todo parece extremadamente sencillo, casi fruto de la casualidad y la suerte. Pero detrás de esta gran humildad se esconde un perfeccionista apasionado que no cuenta las horas y nunca deja de escuchar al público. En el momento de la entrevista, algunos clubbers le reprochaban por la tendencia demasiado electro de las noches de Gelatina. Se sintió tocado por estas críticas, que le permitieron reajustar su objetivo. "Para mí, es importante escuchar y encontrar el justo equilibrio entre lo que quiero que la gente descubra y lo que elles vienen a buscar en estas fiestas. La noche bruselense está saturada de electro. El público de Gelatina busca algo diferente".
Ricky Corazón es muy consciente del vínculo especial que existe entre su público y la música que pone en sus fiestas. "Mis mejores recuerdos de estas noches son la gente que se me acerca para darme las gracias antes de irse a casa. Es algo muy sencillo, pero me encanta saber que estamos respondiendo a una demanda, que hemos conseguido crear un vínculo". Un vínculo personal que él mismo ha experimentado. Su pasión por la música, que empezó con el pop y el rock, le ha permitido redescubrir sus raíces. "Mi objetivo como DJ es contar una historia con la música, tener un hilo conductor. Nací en Chile, pero crecí en Bélgica desde muy pequeño. La música también ha sido una forma de reivindicar mi historia y volver a conectar con mis raíces latinas”. Es una historia ligada a su infancia, que deja entrever a través del juguete que trajo para ilustrar la entrevista. "Me lo trajo mi mamá de Chile, jugaba mucho con él de pequeño. Un mono sobre una jirafa, sin ojos. Me parecía muy cute, y ahora lo tengo en casa como adorno".
Aunque la última edición de la Gelatina en la Brasserie ILLeGaaL apenas terminó, Rodrigo tiene muchas ideas para lo que viene. El día del Orgullo, el 17 de mayo, tocará con Luma en el restaurante mexicano El Tope. Después, seguirá perfeccionando sus noches latinx queer. "Ahora que hemos encontrado nuestro público, tengo que seguir sorprendiendo a la gente. Quizá ofreciendo un concepto más regular, también se habla de organizar un mini festival este verano". Al igual que «Believe» de Cher, Ricky Corazón no termina de sorprendernos, ni de hacer perrear hasta abajo a Bruselas.






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